El presidente estadounidense, Donald Trump, canceló ayer su primer viaje a América Latina para enfocarse en Siria, en una nueva señal de que los vecinos del sur no son su prioridad.

Trump debía asistir el viernes y sábado a la 8a. Cumbre de las Américas en Lima, la primera desde que asumió, antes de visitar Bogotá el domingo.

Pero la Casa Blanca dijo que en su lugar irá el vicepresidente Mike Pence, y que la escala en Colombia, tradicional aliado de Estados Unidos, fue suprimida.

El mandatario quiere atender la situación en Siria, explicó la secretaria de prensa de Trump, Sarah Sanders, mientras Washington evalúa una posible acción militar tras el presunto ataque químico el sábado en Duma, que atribuye al gobierno de Damasco, respaldado por Moscú.

“El presidente permanecerá en Estados Unidos para supervisar la respuesta estadounidense a Siria y monitorear los acontecimientos en todo el mundo”, añadió.

La decisión de Trump se conoce un día después de que el FBI allanara una de las oficinas y la residencia de Michael Cohen, el abogado personal del presidente, una iniciativa que enfureció al mandatario.

La cancelación de último minuto de Trump no afecta los planes de su hija Ivanka, su asesora especial, quien irá a Lima para defender “el lugar de las mujeres en la economía de la región”.

 

Una pérdida

“Trump se saltea la Cumbre. Otro desaire más en una larga lista de desplantes hacia la región”, dijo a la AFP Christopher Sabatini, experto en relaciones internacionales de la Universidad de Columbia.

Las críticas de Trump hacia los latinoamericanos arreciaron desde la campaña electoral por la inmigración ilegal, las prácticas comerciales y la lucha antidrogas.

El muro que prometió construir en la frontera con México es el mayor símbolo de hostilidad. Mientras se concreta, prevé enviar 4.000 miembros de la Guardia Nacional, un contingente mayor que el que mantiene en Siria, a custodiar la zona. Los estados de Texas y Arizona ya desplegaron las primeras tropas.